Vamos Sevilla, vamos Campeón.
¿Qué son tres partidos perdidos cuando has ganado tanto en 102 años?
Estuve en Eindhoven y te ví salir al campo luchando los 90 minutos por cada balón, por las generaciones de sevillistas que nunca vieron levantar lo que se levantó ese día, y que hasta entonces solo vertieron lágrimas que no fueron de alegría. Sal siempre como ese bendito 10 de mayo en el que ví a mi hermano, que es una roca, emocionarse y recordar cuando era pequeño y le llevaba al fútbol en Nervión. Nunca habíamos sido tan felices y nunca pensamos que las alegrías se repetirían tanto.
Estuve en Mónaco cuando goleaste al campeón de Europa jugándole de tú a tú. No salgas nunca con miedo, Sevilla. Se valiente. Sal al campo siempre como ese último viernes de agosto de 2006 en el que Europa se puso a tus pies. Como cuando Puerta cogió el balón y le dijo a Pujol, Márquez, Silvinho y Gio que el que mandaba era él y que se iba de todos por clase y velocidad. Nunca te rindas.
Mantén siempre la fe, la esperanza, que fue lo que te llevó a ganar la segunda UEFA CUP en el Estadio Nacional de Escocia. Con lluvia, frío, mala suerte, prórrogas y penaltis. Para que haya siempre un joven Nicolás al que se le hinche el pecho cuando diga que él estuvo en Glasgow viendo a Antonio Puerta lanzar una pena máxima, mirando a la derecha y pegándole a la izquierda con su zurda de diamantes, que se fue al cielo porque Dios lo quiso. Y otra vez papelitos blancos y rojos volando al cielo, y bajando muy despacito, cayendo sobre la Copa que cambió nuestras vidas.
Porque siempre estaremos contigo, como cuando la villa de Madrid vio a 100.000 sevillistas vestir de rojo y blanco el Bernabéu y sus aledaños para ganar la Copa del Rey Fernando III el Santo. No nos cansamos nunca de gritar. No dejes tú de creer en la victoria.
Y sigue dándonos alegrías como esos cinco goles al Madrid en agosto de este año, poco antes de que Puerta se fuese al cielo, goles que hicieron que mi Macarena hiciese el juramento de ser sevillista siempre. Yo cumpliré el mío.
Sal a ganar Sevilla, que queda muchas Copas que levantar y Carlitos y Héctor quieren verlas.
¿Qué son tres partidos perdidos cuando has ganado tanto en 102 años?
Estuve en Eindhoven y te ví salir al campo luchando los 90 minutos por cada balón, por las generaciones de sevillistas que nunca vieron levantar lo que se levantó ese día, y que hasta entonces solo vertieron lágrimas que no fueron de alegría. Sal siempre como ese bendito 10 de mayo en el que ví a mi hermano, que es una roca, emocionarse y recordar cuando era pequeño y le llevaba al fútbol en Nervión. Nunca habíamos sido tan felices y nunca pensamos que las alegrías se repetirían tanto.
Estuve en Mónaco cuando goleaste al campeón de Europa jugándole de tú a tú. No salgas nunca con miedo, Sevilla. Se valiente. Sal al campo siempre como ese último viernes de agosto de 2006 en el que Europa se puso a tus pies. Como cuando Puerta cogió el balón y le dijo a Pujol, Márquez, Silvinho y Gio que el que mandaba era él y que se iba de todos por clase y velocidad. Nunca te rindas.
Mantén siempre la fe, la esperanza, que fue lo que te llevó a ganar la segunda UEFA CUP en el Estadio Nacional de Escocia. Con lluvia, frío, mala suerte, prórrogas y penaltis. Para que haya siempre un joven Nicolás al que se le hinche el pecho cuando diga que él estuvo en Glasgow viendo a Antonio Puerta lanzar una pena máxima, mirando a la derecha y pegándole a la izquierda con su zurda de diamantes, que se fue al cielo porque Dios lo quiso. Y otra vez papelitos blancos y rojos volando al cielo, y bajando muy despacito, cayendo sobre la Copa que cambió nuestras vidas.
Porque siempre estaremos contigo, como cuando la villa de Madrid vio a 100.000 sevillistas vestir de rojo y blanco el Bernabéu y sus aledaños para ganar la Copa del Rey Fernando III el Santo. No nos cansamos nunca de gritar. No dejes tú de creer en la victoria.
Y sigue dándonos alegrías como esos cinco goles al Madrid en agosto de este año, poco antes de que Puerta se fuese al cielo, goles que hicieron que mi Macarena hiciese el juramento de ser sevillista siempre. Yo cumpliré el mío.
Sal a ganar Sevilla, que queda muchas Copas que levantar y Carlitos y Héctor quieren verlas.
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