lunes, junio 21, 2010

Adios Esplá.

Su hijo le cortó la coleta. Ya no toreará más. El último clásico del arte se retiró ayer de los ruedos. El maestro Esplá, un hombre del renacimiento que le tocó vivir en el siglo XXI. Es pintor. Es fotógrafo. Ha sido conferenciante en Ernest Hemingway Foundation, en el Art Institute of Chicago y en el Museo del Prado. Y hasta ayer fue el último exponente de una tauromaquia que ya no existe.

Escribía Esplá hace tiempo que la vida era como las suelas de las zapatillas de un torero, que cuanto más experiencia se tiene, más gastadas están las suelas. Y que a su edad, andar casi es doloroso porque falta ya mucho material. Y su experiencia eran ya unos terribles agujeros por donde las plantas de los pies reciben la inclemencia del camino.

Ayer cortó una oreja en su primero, y un presidente prevaricador decidió no aplicar el reglamento, dictar una resolución injusta a sabiendas y denegar la oreja del segundo toro que se pedía de forma mayoritaria. Su hijo cortó dos y salía por la puerta grande.

Esplá se negó a salir. "En la vida hay que ser serios, y rigurosos, y si el presidente no lo es, yo sí". En realidad, no quería quitarle protagonismo a su hijo que ya estaba a hombros. Pero sus banderilleros lo obligaron. Salió por donde salió tantas veces (5 en Madrid nada menos) y se fue a hombros, esta vez para siempre.

Mirad que foto del maestro de fotógrafos François Bruschet. Esa es la mirada de un torero curtido en mil batallas:
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRuQmo-zrP3LWz1nCYE7SwxgV5cpXA3zLnPAi4lg2SoqlDFWe7MOPhVSGb-ZS50wf5IDUtaHWWqORwKOFRciEOEOB1vCItDWIql162uisw1yLbgd_Rb2aElf7JctXdIYhTsSFDsQ/s400/1.jpg

De la ruina que tienen las criaturitas "en lo arto" hablaré otro día. Hoy tengo las emociones divididas entre la tristeza por el adiós del maestro, y las carcajadas por el final de la liga adelante...