Hasta los beatos sucumben a la gripe.
La gripe española que se llevó casi 100 millones de vida a principios del siglo XX no era española. El primer caso aparació en Texas (EE.UU). Se le conoce como “española” ya que en España se le dedicó una atención informativa destacada, cosa que no ocurrió en otros países inmersos en la I Guerra Mundial, y en los que la noticia de la gripe fue censurada para que el pánico no cundiera más de lo que ya estaba cundiendo.
A comienzos del Siglo XXI otra pandemia de gripe nos asola. Es del mismo tipo que la “española”, la H1N1. Médicos del Mundo cifra en 130.000 los afectados en Argentina. El Ministerio de Sanidad Británico prevé 63.000 casos próximamente. Desconocemos los casos de infectados en países tan poblados como la India o China.
Mientras tanto aún no hay vacuna contra la gripe A. Y las hojas de los árboles empezarán pronto a caer, y el invierno las cubrirá después con nieve. Un invierno frío e inhóspito con miles de familias en crisis sin poder pagar la factura del gas o la electricidad para la calefacción. El panorama es delosador y desalentador.
Y la gripe afectará por igual a jóvenes y adultos sanos. Ya la primera gran gripe, en 1.919 y 1.920 se llevó a dos jóvenes hermanos, Francisco y Jacinta Marto, a quienes poco antes, en una encina cerca de Cova de Iría, se les apareció la Vírgen María un 13 de mayo y de octubre. Ni a los beatos respetará la pandemia.
