Si los
mayas tienen razón, mañana se acaba el mundo. Le darán por ahí al estadio
olímpico como decía aquel. Así, que a pocas horas de que todo se vaya al
carajo, no podía por menos que escribir estas líneas de despedida.
Por
ello, mando un beso muy fuerte a mis padres. Suyos son todos los valores que
tengo. Ellos me los enseñaron. A mis hermanos, que además de serlo han sido mie
mejores amigos en esta vida. A mis tres hijos, que no han dejado de darme
alegrías desde que nacieron. A mi mujer, que tiene le impagable virtud de
gustarme cada día más y que convirtió unos pequeños deslices en nuestros
mayores éxitos. A mi primo Félix, por ser el tío más valiente que conozco. Al deporte
del tiro olímpico, gracias al que estuve en la élite cuando quise. Al Sevilla
F.C., por las tardes de gloria. A mis Hermandades de penitencia, a la Orden del
Anillo, y a todos aquéll@s con los que pasé buenos momentos en esta vida que mañana
se acaba. Si alguien no aparece en la lista, que no se ofenda. Si a pesar del
olvido merece estar en ella, le veré en el Elíseo.
Hasta siempre,
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