martes, diciembre 16, 2008

El alma y la glándula pineal

La Glándula Pineal, Epífisis o "tercer ojo", está situada en el techo del diencéfalo, entre los tubérculos cuadrigéminos craneales, en la denominada fosa pineal. Esta glándula se activa y produce melatonina cuando no hay luz. La melatonina es producida a partir de la serotonina. La epífisis está relacionada con la regulación de los ciclos de vigilia y sueño. Se ha comprobado que esta hormona sirve para contrarrestar los efectos del síndrome de diferencia de zonas horarias. Es también un poderoso antioxidante.

La glándula pineal produce Dimetiltriptamina que es un neurotransmisor derivado de la serotonina la cual, se cree, es responsable de producir los efectos visuales del sueño. También se ha planteado la relación que alberga con las experiencias cercanas a la muerte, donde se produciría en mayor cantidad momentos antes de morir, provocando experiencias extracorporeas.

La Dimetiltriptamina en forma pura es considerada el alucinógeno más poderoso en existencia, es capaz de aislar la conciencia humana de todos los sentidos alterando dramáticamente la noción del tiempo y la realidad, el usuario percibe que la duración del "viaje" es de horas, pero en realidad dura de 5 a 10 min. dependiendo de la dosis.

Para Descartes, en su obra “Las pasiones del alma”, la pineal es la parte más importante del cerebro pues en ella la sangre se convierte en “espíritus animales” que posteriormente se extienden por todo los nervios. La glándula pineal es la parte del cerebro en donde se sitúa el alma.

Según la concepción de Descartes, el alma racional, una entidad distinta del cuerpo y puesta en contacto con el mismo por la glándula pineal, puede o no puede darse cuenta de las emanaciones diferenciales que los espíritus animales traían a su alrededor a través de la reordenación de los espacios interfibrilares. Cuando tales percepciones ocurren, sin embargo, el resultado es la sensación consciente -el cuerpo afecta a la mente. A su vez, en la acción voluntaria, el alma puede por sí misma iniciar una emanación diferencial de espíritus animales. La mente, en otras palabras, puede también afectar al cuerpo.

Para Descartes, hay dos sustancias creadas diferentes, el cuerpo y el alma (a la que también denomina 'mente'). La esencia del cuerpo es la extensión; mientras la del alma o mente es el pensamiento. El cuerpo es espacial, el alma no tiene extensión. El cuerpo es un mecanismo que puede ejecutar muchas acciones sobre sí mismo sin la intervención del alma; el alma es pura sustancia pensante que puede, pero no siempre, regular el cuerpo. Cómo el cuerpo espacial puede afectar o ser afectado por la mente no extensa no puede ser comprendido, para Descartes, ni en términos espaciales ni no espaciales. Está más allá de nuestra capacidad de comprender cómo el cuerpo y la mente están unidos, o, en el mejor de los casos, estamos forzados a regresar a la concepción de sentido común de su mutua interacción. La glándula pineal es el único órgano en el cerebro que no está duplicado bilateralmente.

Hay uno que yo conozco, que tiene un corazón, un alma tan grande, es tan bueno, tan cariñoso, le rebosaba tanto la bondad, que llegó un momento que el alma no le cupo en la pineal, y hubo que reducirla. Hoy por fin, el refugio del alma está de nuevo en su sitio. Las aldeas ya pueden cambiar de nombre y dejar de llamarse “Ánimo Félix”. Como dice el maestro I Ching: “la perseverancia es favorable”. El guerrero de la luz sabe que la perseverancia no tiene nada que ver con la insistencia. Existen épocas en las que los combates se prolongan más allá de lo necesario, agotando sus fuerzas y debilitando su entusiasmo. En esos momentos el guerrero reflexiona: “una guerra prolongada termina también destruyendo la victoria”. Entonces retira sus fuerzas del campo de batalla y se concede una tregua. Persevera su voluntad, pero sabe esperar el mejor momento para un nuevo ataque. Un guerrero siempre retoma la lucha, pero nunca lo hace por obstinación, sino porque nota un cambio en el tiempo.

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